Alberto Etchegaray

El mensaje de Piketty

Alberto Etchegaray

Por: Alberto Etchegaray | Publicado: Martes 22 de abril de 2014 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Alberto Etchegaray

Alberto Etchegaray

¿Ha escuchado hablar del economista Thomas Piketty? Le recomiendo que lea algunos de sus libros, especialmente considerando la difícil discusión que estamos teniendo en Chile a propósito de la reforma tributaria.

Piketty es un reputado economista francés y profesor en el MIT cuyo reciente libro “Capital en el siglo 21” sobre la desigualdad económica, un ladrillo de 700 páginas, se convirtió en pocas semanas en best-seller y libro de cabecera de muchos líderes de opinión. Por ejemplo, y aunque solo tiene 42 años, hoy es catalogado como “la piedra Rosetta” del pensamiento económico de Barack Obama.

Su tesis, fundada en análisis de tres siglos respecto de los ingresos y patrimonios en 20 países relevantes, es bastante sencilla pero disruptiva: r > c, donde “r” corresponde al retorno promedio anual del capital y “c” corresponde a la tasa de crecimiento económico. Piketty sostiene que durante gran parte de la historia económica moderna el retorno del capital ha promediado entre 4% y 5%, mientras que el crecimiento ha sido de entre 1% y 2%. Su conclusión es que si “r” es mayor a “c” automáticamente se generan inequidades no sostenibles en el tiempo. Su conclusión es que si los ingresos producto del capital aumentan mucho más que los ingresos producto del trabajo, más allá de la justo o injusto de esa realidad, se terminan afectando los valores de la meritocracia sobre los cuales están basadas las sociedades democráticas. O sea, conflicto social asegurado.

El diagnóstico de Piketty tiene una sólida base empírica que amerita ser tomado en serio. Pero su solución deja mucho que desear: un impuesto mundial patrimonial a todos quienes tengan fortunas que superen el millón de euros. Una propuesta impracticable.

¿Y qué tiene que ver esto con la discusión de la reforma tributaria en Chile? Mucho. Porque creo que hay una amplia mayoría de chilenos, incluidos los empresarios, que, como Piketty, creen en un mismo diagnóstico para Chile: hay que mejorar la calidad de la educación. Por justicia, porque nos ayudará a ser más competitivos y porque favorecerá la convivencia social. Y para mejorarla hay que gastar más.

Usted dirá que es una total ingenuidad pensar que el estado será un buen administrador de 
US$ 8.200 millones adicionales. Cierto. Porque compartiendo que hay espacio para mejorar la estructura tributaria y recaudar más impuestos, asumo también que el diablo está en los detalles.

Por eso se requería que el proyecto estuviera acompañado de estudios independientes que demostraran el potencial impacto negativo que mayores impuestos generarán en empleo, crecimiento y productividad. Por eso era más recomendable acoger la propuesta de Andrés Velasco en cuanto a cobrar intereses sobre el FUT antes que hacerlo desaparecer. Por eso como nunca se hace imprescindible contar con una Agencia de calidad de las políticas públicas, que evalúe con método, independencia y accountability la efectividad de este mayor gasto público.

Tenemos el diagnóstico. Tenemos un indicio de la solución. Nos falta ajustar algunas piezas.

Lo más leído